domingo, 11 de octubre de 2009

El Club Unidos de Pompeya, mi club...


El Club Unidos de Pompeya, mi querido club, en el empecé en el ultimo piso con un enorme ventanal que daba a la Av. Sáenz mis primeras clases de dibujo, incentivado por mi tío Néstor que siempre me dibujaba unos hermosos caballeros con armaduras, me volvía loco al verlos terminados, quería imitarlos y así comenzó mi vocación de ilustrador.


Recuerdo que una vez me pidieron hacer una escultura en jabón blanco de lavar la ropa y mi tío me ayudó esculpiendo en el un gorila que copió de un zoológico de juguete que yo tenía, le había salido hermoso. Más tarde tuve que dibujar sobre un papel manteca a manera de fotograma emulando una cinta de proyección como la que se usaba en un proyector de juguete llamado ¨Cinegraf¨. Consistía en una caja metálica con una lamparita común en su interior y una lente que proyectaba a manera de cuento sobre la pared, algo muy básico pero no menos emocionante para un chico de 6 años en la década del 60´.

El club Unidos de Pompeya también fue el lugar donde hicieron la fiesta de casamiento de mis tías Alicia, Beatriz y Leonor si mal no recuerdo en el salón de la calle Ventana, lugar que también fui junto a mis amigos del barrio y la primaria a gimnasia, donde dábamos ¨vueltas carnero¨ sobre polvorientas colchonetas y saltos sobre cajones con gran destreza teniendo como profesor nada mas y nada menos al inolvidable maratonista Delfo Cabrera, gloria del deporte argentino en Inglaterra. Debo confesar que ya de grande supe reconocer quien era como deportista, más allá de haberlo ya reconocido como un excelente persona y ser humano.

En el club Unidos también practique básquet muy poco tiempo, jugué ping pong y fui poca veces a la pileta, también fui a algunos bailes de carnavales. Otros de los hitos importantes para mi y para el Club fue haber llevado a ¨Titanes en el Ring¨! Esa tarde fue maravillosa y para el barrio llego a revolucionarlo de alegría.
Aquí mi recuerdo de mi Club de barrio querido, el mismo que estaba entre un mercado donde en verano por recomendación de mi abuela Beba o mi Vieja trabajaba para la Galletitería de Saul y un supermercado que se llamaba ¨Cristal¨, a ese Club que hoy sigue estando decadente pero muy vigente y lleno de amor en mi corazón.

Daniel Pereyra

martes, 8 de septiembre de 2009

La escuela primaria

Mi escuela Primaria fue en Pompeya frente a una Placita con una hermosa calesita que aún hoy existe.
Actualmente la escuela existe, se llama Pedro Ledesma, N 17 Dist. Esc. 5, está en la calle Trafúl, entre Enrique Ochoa y Romero, muy cerca de A. Saénz y de la Iglesia de Pompeya. Ahí fue donde la Maestra Esther Rojo, en los actos Patrios me hacía dibujar adelante de todos mientras uno recitaba y otro alumno tocaba la guitarra, un poco como anticipando lo que hoy es mi profesión. Desde aquí un beso mi recuerdo hacia ella.






Daniel Pereyra

domingo, 9 de agosto de 2009

Mis primeros días en la escuela...






Mi primera escuela estaba en la calle Trafúl, se llama "Lorenzo Anadón" frente a la calesita, ahí estaba sanidad escolar y era una escuela de mujeres pero tenía jardín de infantes mixto por la mañana.
Fue una linda etapa..ahí en la foto estoy representando no se en que acto, disfrazado de conejo, recuerdo ese día porque tenía fiebre además de sentirme ridículo por la vestimenta. También recuerdo que me habían disfrazado de Pollito amarillo con papel Crepé. Más abajo aparezco disfrazado de ¨Vaquero¨ en la calesita frente a la escuela en épocas de carnavales, recuerdo que muchas veces lo compraban o alquilaban por la Av. Caséros, Parque Patricios, cerca del cuartel de Bomberos. Días donde se festejaba carnavales con más fuerza y entusiasmo que hoy en día.

Daniel Pereyra

miércoles, 27 de mayo de 2009

Mi ¨Vieja¨ y Pompeya un solo corazón


Antes de seguir con mi historia en Pompeya, no puedo dejar hablar de mis Padres, María Esther León, más conocida como ¨Bety¨, eterna trabajadora desde chica lo hizo ya como me contaba siempre no le gustaba estudiar, una excelente persona, derecha, una mamá muy cariñosa, siempre dispuesta a dar los gustos a su único hijo, o sea yo, jajaj. De un humor tragicómico, muchas veces decía cosas en serio, pero lo hacía con tanta ocurrencia, desparpajo e ironía que uno no podía dejar de reírse. La segunda hija de mi Abuela Beba y mi abuelo Francisco, ¨Pancho¨. Sus hermanas son Nelli, Alicia, las mellizas Leonor y Beatriz, 5 en total. Betty, mi ¨vieja¨ en la familia fue la primera en dar el puntapié inicial a la nueva generación un 4 de Julio de 1960, en el barrio de Once en la calle Misiones, así siempre me dijo.
Trabajó en imprentas como una muy buena y prolija encuadernadora, ¨Carbonato¨ se llamaba una de ellas.
Más tarde ingresó a La Aeronáutica como personal civil en la imprenta, primero en la base la avenida Pacífico, luego en la base aérea del Palomar, para terminar sus días jubilándose en el Hospital Aeronáutico Central, ubicado en Pompeya, en la calle Ventura de la Vega. Incansable trabajadora, cariñosa madre y abuela, víctima de la diabetes se fue de viaje un 3 de septiembre de 2007.
Mi viejo, Domingo Héctor, un hombre trabajador, honesto, buena persona. Nacido en Entre Ríos. Golpeado por el alcoholismo, enfermedad que lo castigo desde que comencé a tener uso de razón. Quizás por ese problema los momentos de felicidad con el no fueron muchos, pero quiero recordarlo remontando barriletes, jugando al fútbol, pescando o yendo a ver una película de Bruce Lee al cine de Avellaneda
En la fotos los tres en un paseo a Luján.
Desde aquí mi homenaje en el día de su nacimiento, Mamá querida, te quiero!

Daniel Pereyra

miércoles, 6 de mayo de 2009

Un bar como los de Pompeya


Bar ¨El Pensamiento¨, no está en Pompeya, está en la zona donde trabajo, pero por haber nacido en un barrio de tango lo valoro y disfruto. Es el bar donde te atiende ¨El Gallego¨, donde no existe el plato Light, un lugar donde casi ya no se encuentran, donde no darse tiempo para la charla es frivolidad.
Un bar de barrio donde el tiempo pasado fue mejor y el presente puede ser siempre peor!
Es el bar donde almuerzo y por las tardes hago un recreo en mi laburo, donde se habla de todo, política, fútbol, economía, y de mujeres.
Dos gallegos que supieron ver la Argentina de antes, como en los bares de la Costanera Sur, esos que eran centro de reunión porteña, sin saber de Globalizaciones, que se entregaban a la diversión de la buena cerveza y de algún cómico de turno que empezaba dar sus primeros pasos en la actuación.
Bar ¨El Pensamiento¨sainete de Buenos Aires, continuado de charlas donde siempre se quiere arreglar el mundo a base de café y medialunas. En el frecuentan personajes como Muñoz, un sabelotodo de la vida, como diría el gallego socarronamente: ¨Muñoz es un libro abierto!¨, Tito, un tipazo! hablando de la espiritualidad y los Ovnis. Carlitos el Canillita, siempre chistoso y de buen humor hasta que le tocas Boca juniors, el equipo de sus amores. Rubén, serio pero ocurrente, nunca esta de acuerdo con la cuenta de la consumición . Los hermanos Dominguez, dos gotas de vino pero distintas. Ginebrita, siempre llegando con el ultimo suspiro y prometiendo no fumar más. Héctor ¨Polentita¨ ex bancario, cuervo, hincha de San Lorenzo y esperando que algún día le hagan polenta o guiso de lentejas. Y yo, que no se como me ¨caratularán¨ pero les puedo decir que me tienen como el hincha de Huracán, el Quemero…
Ustedes se preguntarán que hago entre tantos ¨viejos¨, (afectuosamente hablando) estoy porque son buena gente, porque pertenecen a un tiempo donde la palabra valía y quizás en ellos busco los Padres que ya no tengo, les parece poco?

lunes, 20 de abril de 2009

La Feria de los Pájaros


Cuando vivía en la calle Enrique Ochoa 145, en una cortada producida por la vía de la estación Dr. Antonio Sáenz, en forma paralela a la estación estaba la Feria de los Pájaros, un lugar donde se podía encontrar y comprar desde pececitos, monos, plantas, loros, perros y hasta una tortuga. También en forma de sándwich pegado a ella y bordeando la Av. Perito Moreno estaba la feria de Sáenz, donde mi abuela Beba venia cargada a dos manos con bolsas repletas de verduras, frutas, carnes etc.
Pero volviendo a la feria de los pájaros, que abría solos los domingos, mi recuerdo se nutre de varias cosas, de mi primer pecera, con pescaditos plateados y naranjas donde mi diversión no solo constaba en mirarlos sino en decorarlos con piedritas y muñequitos plásticos de acuanautas o hombres ranas donde una de sus piernas estaba sujeta por un pequeño plomito y que al ondular del agua movían. Siempre, por no saber cuidarlos o sobre alimentarlos los pececitos morían irremediablemente. Y uno de los recuerdos significativos de esa feria de los pájaros, fue la tortuga de tierra que me compraron a la que bautice Margarita, siempre perdiéndose debajo y entre las macetas de mi abuela, a veces enojada corría por el patio de la casa con la boca abierta. También solía ponerla dentro de una palangana con un poco de agua para que bebiera pero un día de buenas a primeras no supe más de ella. Desde aquí mi recuerdo a esa querida feria que aun hoy existe y a mi tortuga que no se donde estará, quizás en el cielo de las tortugas.

Otras mascotas que tuve fue un Patito, Saturnino. Pollitos y una rata blanca, todas con destino y final incierto, a todas ellas mi mejor recuerdo, snif, snif…!
Daniel Pereyra

sábado, 11 de abril de 2009

miércoles, 25 de marzo de 2009

El cine ¨Pablito¨ Podesta

Si bien lo que voy a contar sucedió en el barrio Parque Patricios, no deja de estar ligado a mi niñez y al barrio de Pompeya por su proximidad, por ser ambos barrios Huracanenses y por estar entremezclado por las mismas ¨musas inspiradoras¨ de barrios bien tangueros.
Cuando era chico había un cine en el barrio en Parque Patricios, precisamente en la calle Rioja y Av. Caseros que se llamaba Pablo Podestá, nosotros le decíamos ¨Pablito¨, ahí se proyectaban películas de La Sarli, todos los pibes iban a verlas y el acomodador del cine nos mandaban al Pullman para que no se note nuestra presencia. Lo cómico que a la salida de cada función, parecía que pasaban ¨Dumbo¨ de Walt Disney en vez que ¨Desnuda en la arena¨de la Coca Sarli y Armando Bó.


Daniel Pereyra