miércoles, 27 de mayo de 2009

Mi ¨Vieja¨ y Pompeya un solo corazón


Antes de seguir con mi historia en Pompeya, no puedo dejar hablar de mis Padres, María Esther León, más conocida como ¨Bety¨, eterna trabajadora desde chica lo hizo ya como me contaba siempre no le gustaba estudiar, una excelente persona, derecha, una mamá muy cariñosa, siempre dispuesta a dar los gustos a su único hijo, o sea yo, jajaj. De un humor tragicómico, muchas veces decía cosas en serio, pero lo hacía con tanta ocurrencia, desparpajo e ironía que uno no podía dejar de reírse. La segunda hija de mi Abuela Beba y mi abuelo Francisco, ¨Pancho¨. Sus hermanas son Nelli, Alicia, las mellizas Leonor y Beatriz, 5 en total. Betty, mi ¨vieja¨ en la familia fue la primera en dar el puntapié inicial a la nueva generación un 4 de Julio de 1960, en el barrio de Once en la calle Misiones, así siempre me dijo.
Trabajó en imprentas como una muy buena y prolija encuadernadora, ¨Carbonato¨ se llamaba una de ellas.
Más tarde ingresó a La Aeronáutica como personal civil en la imprenta, primero en la base la avenida Pacífico, luego en la base aérea del Palomar, para terminar sus días jubilándose en el Hospital Aeronáutico Central, ubicado en Pompeya, en la calle Ventura de la Vega. Incansable trabajadora, cariñosa madre y abuela, víctima de la diabetes se fue de viaje un 3 de septiembre de 2007.
Mi viejo, Domingo Héctor, un hombre trabajador, honesto, buena persona. Nacido en Entre Ríos. Golpeado por el alcoholismo, enfermedad que lo castigo desde que comencé a tener uso de razón. Quizás por ese problema los momentos de felicidad con el no fueron muchos, pero quiero recordarlo remontando barriletes, jugando al fútbol, pescando o yendo a ver una película de Bruce Lee al cine de Avellaneda
En la fotos los tres en un paseo a Luján.
Desde aquí mi homenaje en el día de su nacimiento, Mamá querida, te quiero!

Daniel Pereyra

miércoles, 6 de mayo de 2009

Un bar como los de Pompeya


Bar ¨El Pensamiento¨, no está en Pompeya, está en la zona donde trabajo, pero por haber nacido en un barrio de tango lo valoro y disfruto. Es el bar donde te atiende ¨El Gallego¨, donde no existe el plato Light, un lugar donde casi ya no se encuentran, donde no darse tiempo para la charla es frivolidad.
Un bar de barrio donde el tiempo pasado fue mejor y el presente puede ser siempre peor!
Es el bar donde almuerzo y por las tardes hago un recreo en mi laburo, donde se habla de todo, política, fútbol, economía, y de mujeres.
Dos gallegos que supieron ver la Argentina de antes, como en los bares de la Costanera Sur, esos que eran centro de reunión porteña, sin saber de Globalizaciones, que se entregaban a la diversión de la buena cerveza y de algún cómico de turno que empezaba dar sus primeros pasos en la actuación.
Bar ¨El Pensamiento¨sainete de Buenos Aires, continuado de charlas donde siempre se quiere arreglar el mundo a base de café y medialunas. En el frecuentan personajes como Muñoz, un sabelotodo de la vida, como diría el gallego socarronamente: ¨Muñoz es un libro abierto!¨, Tito, un tipazo! hablando de la espiritualidad y los Ovnis. Carlitos el Canillita, siempre chistoso y de buen humor hasta que le tocas Boca juniors, el equipo de sus amores. Rubén, serio pero ocurrente, nunca esta de acuerdo con la cuenta de la consumición . Los hermanos Dominguez, dos gotas de vino pero distintas. Ginebrita, siempre llegando con el ultimo suspiro y prometiendo no fumar más. Héctor ¨Polentita¨ ex bancario, cuervo, hincha de San Lorenzo y esperando que algún día le hagan polenta o guiso de lentejas. Y yo, que no se como me ¨caratularán¨ pero les puedo decir que me tienen como el hincha de Huracán, el Quemero…
Ustedes se preguntarán que hago entre tantos ¨viejos¨, (afectuosamente hablando) estoy porque son buena gente, porque pertenecen a un tiempo donde la palabra valía y quizás en ellos busco los Padres que ya no tengo, les parece poco?